F. Estellés/ @siskoestelles
Lo de menos era el resultado. El Partido de Leyendas era el acto final a una tarde en la que los sentimientos de los aficionados y los jugadores que habían vestido la camiseta del Valencia estaban a flor de piel. La música y la pólvora pusieron la magia y el broche de oro a una tarde noche inolvidable para el valencianismo.
El partido
Con el final de la parte más protocolaria del acto central del Centenario del Valencia CF arrancó el partido entre el conjunto blanquinegre y un combinado de jutadores de la Selección Española entre los que también se encontraban ex futbolistas del Valencia.
En un tono distendido ambos equipos salieron a disfrutar de este homenaje entre futbolistas veteranos. Con unos primeros minutos en los que mandaba La Roja, el Valencia fue desperezándose conforme transcurría el partido, si bien el primero en marcar fue Catnha para el combinado Nacional.
A los veinte minutos empezó el carrusel de cambios por parte del Valencia. Ranieri sacó a un buen número de los futbolistas con los que consiguió La Copa del Rey de la Cartuja de Sevilla. Los Marchena, Killy Gonzalez, Albelda, Angulo, Vicente y Mista subieron una marcha más a la intensidad del Valencia.
Detalles de calidad, combinaciones que recordaban a ese Valencia del año 2.000 que llegaría a dos finales de la Liga de Campeones y ya con la dirección de Rafa Benítez conseguiría dos dos Ligas, una Copa de la UEFA, y más parte la Supercopa europea.
Lo intentó el Valencia con insistencia pero o bien por poco acierto en los últimos metros, o por las intervenciones de los porteros del combinado español, el gol del empate no llegaba. Descanso.
Di Vaio protagonista
En la segunda parte el Valencia saltó a por todas, Casi temerariamente a la desesperada para intentar llegar al empate. Con Marco Di Vaio como principal protagonista de las jugadas de peligro, al jugador transalpino le anularon un gol por fuera de juego, -dudoso al menos- y le hicieron un penalti. que Cesar, ex portero valencianista acertó a detener.
Casi a continuación España, en la siguiente jugada clara en la que llagaba ponía más distancia en el marcador con el gol de Rubén de la Red (0-2). Pese a encajar el gol la afición siguió animando a su equipo y a sus jugadores.
Así, en el minuto sesenta y ocho el delantero italiano del Valencia marcaba el primer gol del Valencia. (2-1). Los de Ranmieri se lanzaron al ataque con Juan Sánchez y Di Vaio como protagosnistas en ataque. También Vicente Rodriguez brilló en los minutos que jugo.
Aunque no estaba previsto, Santiago Cañizares quiso vestirse de corto y saltar al pasto de Mestalla y defender, como tantas veces, la portería del Valencia. Emocionado el portero, Mestalla le tributó un homenaje sentido y sincero con una larga ovación, puesta la afición en pie y coreando su nombre. Cañete, emocionado desde el cesped, devolvía con gestos todo el cariño que estaba recibiendo.
Con el tiempo cumplido España marcó el tercero y se acabó el partido en una jugada a la contra que culminó Catanha. (1-3). Final del partido,
Todavía quedaban más sorpresas con la lectura de un poema dedicado al Valencia por parte del actor valenciano Roberto Arce, así como unos fuegos artificiales para poner el broche, con pólvora como no podía se de otra manera, a uno de los actos centrales del Centenario de Valencia.
Himno regional y fuegos artificiales ponen la magia al final
Fue un final apoteósico. Las luces de Mestalla se apagaron y emergieron, con todo el coliseo a oscuras, las de las linternas de los teléfonos móviles. En ese momento mágico la banda sinfónica empezó a interpretar el Himno Regional Valenciano y, desde el cuadrilátero de Mestalla, a modo de espectáculo piromusical, emergieron los fuegos artificales.
La música, la polvora y la luz en un ambiente de magia y mucha emoción. La afición puesta en pie en la grada y los fuegos de artifició, un arte más en esta tierra, emergían del césped como una gran metáfora de luz y estrellas que ha dado tardes de gloria a la afición y a la capital del Turia.

Con el final del himno, la afición rompió a aplaudir mientras los jugadores y ex jugadores del Valencia daban la vuelta de honor por el cesped de Messtalla. Más de diez minutos seguidos de aplausos. Emoción y lágrimas entre aficionados y futbolistas, Un ambiente difícil de describir, de explicar. Una atmósfera mágica para poner el punto final a un domingo que ya ha pasado a la historia.
Al final más de cuatro horas de emociones, sentimientos y unión del valencianismo que celebró su cien cumpleaños con una fiesta a la medida de un club tan grande como el Valencia.