La incipiente soledad de Marcelino

⇒ Opinión: Artículo de Dani Soler

Desde que empezó  la temporada el Valencia no transmite buenas sensaciones sobre el terreno de juego, y la cosa no mejora en rueda de prensa. Empate tras empate hemos escuchado a Marcelino quitarle hierro al asunto, viniendo a decir que el equipo estaba trabajando bien y que los resultados acabarían llegando. Echándole la culpa al empedrado, resumiendo en gran medida los problemas a un mero asunto de falta de puntería.

Durante la esperpéntica  segunda parte de Suiza algo debió cambiar. Así al menos lo reflejaba el semblante del técnico asturiano. Como diría  un clásico, la cara de Marcelino era un poema y denotaba una honda preocupación. Ya era hora, la verdad. Es imposible solucionar algo sino reconoces que tienes un problema.

A la dupla Mateu-Marcelino todo le ha venido todo rodado desde que llegaran. Merced a su buen hacer, seguro. Pero de las palabras del entrenador uno deducía que estaba demasiado encantado de conocerse a sí mismo. Hasta cierto punto es positivo contar en tus filas con gente dotada de una gran auto confianza,  pero tengo para mí que Marcelino había llegado a creerse poco menos que intocable. Según mi parecer se ha sobre dimensionado el cuarto puesto logrado la temporada pasada y me temo que en las altas esferas del club se ha cometido el error de pensar que contaban con un crédito social más amplio del real.

En su última comparecencia pública Mateu Alemany  dejó bien claro la necesidad del club de quedar en puestos champions. Se mostró relativamente exigente en este sentido, dando a entender que se había hecho un esfuerzo desde el club para reforzar al equipo en base a las demandas del entrenador. Y es que aunque quieran transmitir cierta imagen de tranquilidad estoy convencido que ya hay algo de nerviosismo instalado en los despachos.

Marcelino está  ahora en su peor momento. Demasiado plácida había sido la travesía hasta ahora. Desde la masa social ya son numerosas las miradas que empiezan a señalarle. Es ahora cuando el mito de la soledad del entrenador se convierte en realidad. En fútbol no importa el ayer y el técnico  asturiano debe hacer un profundo examen de conciencia. Empiezan a escucharse truenos en la lejanía, y sólo Marcelino y su cuerpo técnico pueden disuadir a la tormenta. Que no se equivoquen, en un club del tamaño del VCF cuando la lluvia arrecia nadie te deja un paraguas.