Gamberra da la bienvenida al buen tiempo con un programa musical de tardeo y una buena selección de tapas especiales y disfrutonas que arranca este sábado 29 de abril
SempreValencia/ @semvalencia
Al kit de persona gamberra solo le faltaba una cosa: el tardeo. Una experiencia bastante popularizada que acostumbra a ir de la mano de la fiesta. Borja Ibrán ha pensado que faltaba gastronomía en esta definición. Y así es como el chef de Gamberra anda preparando tapas disfrutonas para gozar de lo lindo en la primera de las ‘Sesiones Gamberras’, que tendrá lugar este mismo sábado, 29 de abril. La taberna más viajera de Plaza Xúquer apuesta por una programación gastromusical de tarde, desde las 17:30, con la actuación de DJ de todos los estilos y nacionalidades.
¿Qué falta entonces? Pues faltas tú. Porque además, la entrada será totalmente gratuita hasta completar aforo. El ciclo, que Ibrán define como “descarado y travieso”, pretende fijarse en el calendario anual del restaurante y hacer de Gamberra un nuevo agente en el circuito cultural valenciano. Pero no de una forma cualquiera -ella no es como el resto-. Las nuevas sesiones, que aterrizan justo con la llegada del buen tiempo, harán que la música y la gastronomía cohabiten de una manera fluida, de modo que puedas pasar un buen rato antes de cenar, o directamente reservar mesa para continuar el festival gastro.
Un programa viajero
¿Alguien dijo que era imposible instalar una mesa de mezclas entre la barra y la cocina? Pues se equivocaba. Durante las próximas semanas, vamos a demostrar que los sabores del mundo saben bailar al ritmo de todo tipo de músicas: house, funky, disco… Borja Ibrán ha programado las ‘Sesiones Gamberras’ con el objetivo de acercarse al público local y, por qué no, al foráneo.
En su sala siempre pasan cosas, y la gente ha de vivirlas en primera persona, antes de entregarse a la fiesta loca con la cocina más descarada de esta ciudad.
Por aquello de abrir boca, inaugurará el ciclo Pau Carmen, DJ valenciano que pincha de forma amateur desde hace más de diez años, y que el próximo sábado promete darlo todo. En su repertorio no faltarán temas disco y funky. De forma quincenal, le seguirán varias parejas de artistas con devoción por la electrónica y procedentes de distintas partes del mundo, desde Puerto Rico hasta la India, pasando por México. En sus sets se darán cita géneros como el house, el hiphop o el trance. En esta taberna de trato canalla ningún tipo de música queda huérfana, porque el espíritu curioso y viajero impregna la atmósfera, desde la gastronomía hasta la actitud.
Como veníamos advirtiendo, el tardeo se complementará con una oferta gastronómica especial, en formato picoteo. Al desparrame de sabores del mundo, se suma el maridaje de las últimas tendencias electrónicas con la especialidad líquida de la casa: hablamos, por supuesto, del vermú, dueño y señor del restaurante. Sin embargo, nadie te impedirá acompañar tu tapa de una caña, un cóctel o un vino por un precio muy asequible; no somos gente estirada, y mucho menos prejuiciosa. ¿Qué tal unas ostras asiáticas con Bloody Mary? ¿O tal vez unos buñuelos de bacalao con mojo asiático? No hay carta que valga, así que todo queda en manos del mercado y la improvisación de Borja.
Pero venga, te daremos algunas pistas. Entre los clásicos de la casa están… La croqueta Almussafes, ¡flipas! Con una cremosa mezcla de sobrasada y queso, la textura se la aporta esa base de corteza de cerdo deshidratada. Buñuelos, ¿pero acaso seguimos en Fallas?

No, estos son más ardientes. Rellenos de brandada de bacalao y mojo rojo nikkei. Fusión japonesa y peruana en un bocado. Gilda 2.0 (la gilda definitiva). Nada acompaña mejor al vermú. Y encima, lleva panipuri, aire de piparras y jalapeños. También anchoas del Cantábrico Doble Cero. Ensaladilla de papas con mejillones en escabeche, tartar de atún y salsa tentsuyu. De verdad, tú sabrás. Es que tampoco te vamos a seguir poniendo los dientes largos.
Otras travesuras carnívoras
No contento con el tardeo musical, el restaurante encara los meses soleados con varios retos más. Entre ellos, la participación en la 4ª edición del concurso de Steak Tartare, enmarcado en el Meat Carnival. El festival, dirigido a los amantes de la carne, celebra su clásica competición el próximo 13 de mayo, a partir de las 12 horas. En el escenario de la Antigua Estación del Grao de València, Borja Ibrán realizará y presentará en directo el steak tartare que se cocina asiduamente en Gamberra, cuya técnica es “secreta hasta pasar el concurso”. No sé, ¿qué esperabas? ¿Un resumen de la receta aquí? Juzgarán la obra renombrados cocineros, como Vicky Sevilla, del restaurante Arrels, o Ricardo Gadea, quien durante 28 años fue maestro de ceremonias en Askua, en cuya sala se presentaba un steak excelso. El ganador se alzará con el título a Mejor Steak Tartare Internacional.
Como estamos seguras de que Borja tiene todas las papeletas, vamos con otras movidas. En Gamberra, se nos viene un año de lo más canalla, en el que habrá varias acciones urbanas durante y después del verano. La más cercana ya está marcada en el calendario: el primer cumpleaños del restaurante. Tendrá lugar en junio, un mes ideal para subir la temperatura de la ciudad. Seguro que, llegada la fecha -y aprovechando el buen clima y los días largos, además de la terraza-, Ibrán y todo su equipo sorprenderán con alguna tapa inédita o una ‘Sesión Gamberra’ más desvergonzada de lo habitual. Pero para esto quedan todavía varios tardeos por delante…
Suele decirse que el primer año de vida de una criatura es el de mayor aprendizaje. Sin duda, así ha sido con Gamberra. Esa niña descarada y despreocupada que un día se instaló en Plaza Xúquer tiene ahora un teléfono de reservas y una pizarra de sugerencias. Otra cuestión es si funcionan correctamente. Borja hace todo lo que puede. Recibe las llamadas en lugares… inesperados. Y si pasas por la puerta también te apunta en su lista de espera. Cuando se acuerda, escribe los platos del día en la pizarra que verás colgada en la sala. Eso sí, con una caligrafía mejorable. Pero así es Gamberra, un espacio canalla sin complejos ni prejuicios. Un lugar donde todo pasa por echarle morro a la vida.