F. Estellés/ @siskoestelles
Enclavado en el barrio D’Algirós, lindando casi con Aragón y a pocos metros de Mestalla, se encuentra un restaurante coqueto y acogedor que el paso del tiempo lo ha afianzado como uno de los establecimientos indispensables de la zona de Aragón. La Tierra ha cautivado a una clientela fiel, y ha atraído a un público que busca la calidad en el producto en un entorno informal.
La Tierra (Calle Polo y Peyrolón Nº 38) es un pequeño establecimiento en el que el producto y los platos de temporada son su razón de ser. Un coqueto restaurante que Verónica Marín, su propietaria, se ha empeñado en convertirlo en un local especial, tan especial por su variada oferta gastronómica, su sencillez en su carta, la calidad de los productos como por la personalidad en la cocina.
Sin embargo, si algo tiene de especial La Tierra es precisamente Verónica. Ella mejor que nadie ha sabido sacarle partido, a lo largo de quince años, a un bar tranquilo de barrio, para hacer de él un bistró de calidad con un precio medio ajustado e insuperable en un ambiente tan acogedor como su propietaria.
La Tierra es Verónica Marín. La Tierra atrapa, como la personalidad de Vero. El secreto de este pequeño restaurante es la amabilidad en el trato, el mimo en cada producto que Verónica selecciona para su cocina, y una inquietud por mejorar que hace que La Tierra evolucione cada día.
La oferta en la carta es variada, porque se sustenta en los productos de temporada. Así, a cada temporada su producto y con cada producto un plato o su tapa. Es una simbiosis perfecta. No hay más aditamentos y esta, sin duda, es una receta que nunca falla.
Carta variada y bien cuidada
Como tampoco falla su lomo alto de buey, la pluma ibérica con patatas, su delicioso calamar de playa a la plancha, o el foie fresco caramelizado, platos fijos en la carta del restaurante. Sencillamente brutales, por lo exquisitos y por su presentación.
Además, desde hace un par de temporadas ha dado un salto de calidad con la incursión en su oferta gastronómica de nuevos entrantes. La Tierra ha dado un paso adelante para que desde sus fogones salgan auténticas delicatessen.
Así, desde la cocina han nacido entrantes como el pollo con crujiente de panko, la piruleta de langostinos, o los buñuelos de queso, sin olvidar sus clásicos primeros como los huevos de corral con jamón ibérico y patatas, su estupenda ensalada de pulpo o las tapas más clásicas. Una carta sencilla y variada en la que hay opciones para todos los gustos. Exquisita.
Por último, cabe recomendar el menú diario es de 10€, y en los meses de verano hay que probar las clóxinas, los gazpachos o el tomate del Perelló, para cerrar la cena con un buen postre, y por qué no, un buen digestivo. La Tierra te atrapará porque Verónica Marín te abrirá las puertas de su casa y el cielo de los sentidos.