F. Estellés/ @siskoestelles
Trabajada victoria de la Selección Española en su segundo partido del Mundial de Rusia ante Irán. En un partido feo y trabado los futbolistas del combinado nacional sufrieron para superar a la selección de Irán que defendía con todos sus futbolistas. El inicio de la segunda parte fue clave para España, que saltó al campo con más intensidad y creando más ocasiones. Así, en el minuto cincuenta y cuatro Diego Costa marcó el gol que sería el de la victoria. Rodrigo, el jugador del Valencia, debutó con España.
No podía fallar España en su segundo partido mundialista ante Irán. La victoria de Portugal hacía que el combinado nacional tuviera que sumar tres puntos para mantener sus opciones intactas en el Mundial. Sin embargo pronto se vio que no iba a ser un partido fácil por la trascendencia, por los nervios y por un punto de ansiedad que mostraron los discípulos de Hierro durante el primer tiempo.
La selección iraní le cedió el balón a España con la intención de no encajar y, como máximo plan de juego, cazar alguna contra. Con los once jugadores atrás la Irán de Carlos Queiroz se defendía con sus once hombres en su campo tapando todos los huecos para los jugadores españoles. La táctica de Irán era desquiciar a los futbolistas españoles con un juego cargado de faltas y con continuas interrupciones.
Los iraníes, conscientes de su inferioridad, se dedicaron a perder tiempo durante el primer acto ante la desesperación de los futbolistas españoles. Los futbolistas de la Roja se impacientaban con el paso de los minutos y, sin ideas, no veían por dónde meter mano a la selección de Irán.
Partido feo, pestoso y cargado de imprecisiones para España que veía como el primer tiempo se escurría entre las continuas interrupciones y el juego duro de los iraníes que lo protestaban todo y tardaban un mundo cada vez que tenían que reanudar el juego. Sin velocidad, España era previsible. Sin gol España sufría ansiedad. Tan solo cabe destacar una ocasión clara para España por mediación de Silva desde dentro del área pero escorado a la derecha. Su disparo fue repelido por un defensa y acabó en corner que se sacó sin consecuencias.
Con los jugadores españoles desquiciados por las pérdidas de tiempo de Irán se llegó al descanso con muy malas sensaciones y con los futbolistas al borde de un ataque de nervios.
Diego Costa al rescate
Con otra cara salió España en la segunda parte. Con mayor intensidad y con una marcha más. Fruto de esa convicción en apenas cinco minutos ya había gozado de dos claras oportunidades. La primera de Piqué sacada por la defensa bajo palos a los dos minutos de la reanudación y otra a disparo de Sergio Busquets que sacó Bieranvandi, el porteró iraní sacando una mano milagrosa.
En la tercera clara ocasión Costa no falló, y batió, con algo de fortuna la portería iraní tras desviar con la rodilla un defensa. España abría la lata y se liberaba en el minuto cincuenta y cuatro en un partido sin apenas juego pero con muchos nervios. (0-1). En ese momento el choque cambió.
Con el gol en contra Irán se fue arriba. Justo a la salida de una falta los iraníes marcaron, en fuera de juego, en una jugada en la que el VAR tuvo que decidir la invalidez del gol. Con los iraníes celebrando el gol la tecnología daba la razón a España y anulaba el tanto. Tensión en el Kazán Stadium en un partido que había cambiado por completo.
Pudo llegar el segundo para España tras la ejecución de un corner trabajado desde la pizarra. Tras sacar Isco al primer palo el balón le llegó a Silva que disparó entre una nube de jugadores iraníes. Tras sacar el portero cuando el balón ya se metía y con tres defensores sobre el cesped el colegiado decretó falta de Costa.
Debutó Rodrigo en el minuto ochenta y siete para sustituir a Diego Costa. El delantero del Valencia CF saltaba al terreno de juego para disputar los últimos minutos de un agónico partido. En apenas un par de jugadas pudo intervenir el jugador blanquinegre, que eso sí, presionó y se ofreció hasta el punto de sacar una falta para España.
Con cuatro minutos de prolongación España durmió el balón para llevarse un partido agónico en el que La Roja tiró de paciencia. Tres puntos vitales para liderar el Grupo B y afrontar el partido contra Marruecos con la opciones intactas. Sufrida victoria. Un empate el próximo lunes contra Marruecos sería suficiente para que España se clasifique para octavos.