La estrella vuelve a brillar sobre la fachada de Orobianco 

Bajo la dirección gastronómica de Paolo Casagrande, el restaurante de Calpe obtiene la reconocida distinción de la Guía Michelin 2024

SempreValencia/ @semvalencia

La estrella reluce de nuevo en lo alto de las colinas de Calpe. Orobianco se ha alzado con esta distinción de la Guía Michelin 2024, celebrada en el Auditori Fòrum de Barcelona, y ha recuperado para la Comunitat el astro

que ya obtuviera en el pasado. El reconocimiento regresa al restaurante tras la etapa iniciada, a principios de este año, por el chef italiano Paolo Casagrande, quien ya cuenta con la máxima calificación de tres estrellas en el restaurante Lasarte (Barcelona). De este modo, Orobianco se posiciona como uno de los mayores referentes de la alta cocina italiana que se practica a este lado del Mediterráneo, donde la despensa es inmensa. 

“Nos sentimos muy felices y agradecidos a la Guía Michelin España. Recuperar la estrella era uno de nuestros sueños, pero no esperábamos alcanzarlo tan pronto”, ha expresado Casagrande tras conocer la calificación. Dicha distinción no se entendería “sin el trabajo increíble, y en tiempo récord, para adaptarnos al espacio y crear una propuesta propia y única”, añade el chef. En este sentido, ha querido agradecer y poner en valor el riguroso trabajo de todo su equipo. Al frente del restaurante también se encuentra Andrea Drago, quien ejerce como jefe de cocina y subió a recoger el distintivo en el escenario; Inês Correia, a cargo de sala; e Inna Skriabina, en la gestión y propiedad del espacio, 

De este modo, Michelin vuelve a mirar hacia la Comunitat Valenciana, que pasa de 22 a 25 estrellas en la nueva edición, y más concretamente hacia la provincia de Alicante, que gana dos distintivos. Actualmente, la concentración de reconocimientos es muy notoria en la zona: en total, 17 estrellas distribuidas entre 13 restaurantes. “Juntos haremos que esta fantástica tierra siga siendo uno de los referentes gastronómicos más importantes del Mediterráneo”, ha manifestado el director gastronómico de Orobianco, Casagrande, quien también preserva las tres estrellas para su restaurante de Barcelona, Lasarte. 

Paolo Casagrande y Andrea Drago / Fotos: Brava

Una trayectoria fulgurante 

Ahora que Orobianco está en el firmamento, toca echar la vista atrás. El recorrido de este restaurante ha sido intenso y siempre enfocado hacia la alta cocina mediterránea con impronta italiana. Las puertas se desplegaron en 2015, aunque no fue hasta 2019 que la Guía Michelin le otorgó la primera estrella, reservada para aquellos espacios con “comida de alta calidad, que merecen una parada”. Era la primera y única distinción que se había dado en la Comunitat a un restaurante de recetario italiano, lo que consagró Orobianco como marca esencial e hizo de Calpe un polo de atracción para visitantes de toda España. En 2022, el espacio cerró sus puertas con motivo de la actualización de sus instalaciones y la renovación de la oferta culinaria, algo que llevó a la pérdida del astro. 

Si bien fue una etapa de reflexión, Orobianco salió reforzada de ella, y en marzo de 2023, se decantó por nombrar chef ejecutivo a Paolo Casagrande, lo que supuso una apuesta continuista por el alto nivel culinario, el respeto a la despensa mediterránea y el espíritu sutilmente italiano. Además, en verano de este año, el restaurante optó por incorporar una coctelería en su azotea, bajo la firma de Paradiso Barcelona y el estilo del bartender Giacomo Giannotti, algo que terminaría por redondear su propuesta. En invierno, la terraza permanece cerrada, pero algunos de los cócteles conviven con la prestigiosa carta de vinos que hay en la sala de Orobianco, con vistas impresionantes a la costa alicantina. 

Paolo Casagrande es conocido por muchos como “el cocinero de las emociones”, y no es para menos. Originario de la región norteña del Véneto, gran parte de su formación ha acontecido en España. De hecho, está instalado en Barcelona desde 2012.

En el caso de Calpe, ha confiado la cocina en Andrea Drago, procedente del lago de Como, quien se incorporó al Lasarte barcelonés en 2013 y conoce a la perfección todos sus platos. Esto habla de la inmensa confianza que existe entre ambos. Actualmente, Orobianco ofrece tres opciones de menú, que están disponibles durante todo el año: Menú 4 Pasos (solo a mediodía), Menú Orobianco y Menú Degustación, disponible en formato largo y corto. 

Estamos ante un restaurante singular, de propuesta muy técnica, en parte tradicional, y sobre todo muy pasional. “Queríamos crear una experiencia única y elegante, que situara la alta gastronomía mediterránea en el centro del restaurante”, afirman. El Peñón de Ifach y el mar como telón de fondo se han encargado del resto. Porque, en definitiva, el amor por el mar Mediterráneo es capaz de conectar culturas, sentimientos y paladares. 

Una tierra que reluce 

En esta edición, la Guía Michelín ha repartido tres nuevas estrellas a lo largo y ancho de la Comunitat Valenciana. A la de Orobianco, hay que añadir una más en la provincia de València y otra en la de Alicante. En una gala que alzó a dos nuevos triestrellados -Noor (Córdoba) y Disfrutar (Barcelona)-, además de otorgar numerosas estrellas verdes y varios

Bib Gourmands -a la mejor relación calidad/precio-, Calpe tuvo su propio espacio. No solo por la presencia de Andrea Drago sobre el escenario, visiblemente emocionado mientras recogía la chaquetilla, sino por el protagonismo de Casagrande, que coordinó al equipo de nueve restaurantes encargados de cocinar durante el cóctel de la gala. 

Esta nueva estrella para Orobianco se suma a reconocimientos como el puesto número 35 en el Ranking de los Mejores Restaurantes Italianos fuera de Italia según 50 Top Italy – Prosecco Doc Award, convirtiéndose así en el único restaurante de España en esta lista. Un palmarés que pone en valor la elaboración, la precisión y la enorme calidad de los platos del restaurante, pero sobre todo, el intenso trabajo de su equipo humano.

Paolo Casagrande y todo su equipo están dispuestos a demostrar que hay estrellas que nunca dejan de brillar, porque en la pasión por las cosas bien hechas reside gran parte del éxito de la alta cocina. Aquella que, además de la técnica y el servicio, no olvida de dónde venimos y cómo hemos llegado hasta aquí.