Los mundos gastronómicos de Clectic

F. Estellés/@siskoestelles

El lunes quedo con mi compañera Esther, encargada de la comunicación del restaurante Clectic. Es un coqueto establecimiento situado en la Gran Vía Marqués del Turía esquina con Conde Salvatierra. Me invita a conocer su propuesta gastronómica de la mano de su Chef ejecutivo y copropietario, Mauricio Gómez.  Llego unos minutos antes, de manera intencionada, para ver, observar, fijarme en los pequeños detalles y los no tan pequeños. De primeras, intento pasar desapercibido ante el personal del local.

Pocos minutos de la hora de la cita me salta un whasap en el móvil es Esther. «Hola… Voy con retraso. atascazo para entrar en Valencia… Di -al personal de Clectic- que vienes a hacer un reportaje…», concluye mi compañera. Le hago caso y entro. Me presento y saco la cámara ante la mirada esquiva de la chica que esta mañana está al frente de la sala. Saco los objetivos de mi Canon y empiezo a buscar detalles…

La sala es coqueta, amplia, con una decoración elegante, nada recargada. El restaurante es luminoso, con un bonito piso de parqué que todavía le da más calidez y elegancia. Grandes ventanales y en una de las pareces un cuadro con una gran ballena preside el comedor. El cetáceo es a su vez el logo de Clectic. Simboliza la cocina migratoria, «inspirada por la belleza, la sabiduría y el alma viajera de la ballena», advierto en la web del restaurante.

El cetáceo ocupa un lugar privilegiado en la sala/ @siskoestelles

Hago fotos, muchas fotos. Observo, miro a una chica que, como si yo no estuviera, desayuna pausadamente mientras lee un libro que tiene sobre la mesa… En ese impás llega Toni Carceller, amigo e instagramer influyente -@tcarceller- que intuyo que también ha quedado con Esther para que nos presente al propietario y Chef Mauricio Gómez… Toni también empieza a hacer fotos. Por momentos parecemos dos extraños deambulando dentro del restaurante mientras hacemos fotografías casi compulsivamente… Entonces llega nuestra compañera Esther.

Nos sentamos y nos cuenta que, entre otros aspectos, quiere potenciar el brunch que ofrece el restaurante. «Clectic no sólo supone un nuevo de concepto migratoria que recorre la geografía mundial a través de sus aromas y sabores; ahora también pretende apostar por un concepto muy personal en su propuesta de desayunos y brunch», nos apunta. «Pues vayamos al lío y miremos la carta», apostilla enérgicamente.

Para el brunch, Mauricio Gómez ha establecido una propuesta a medida de cada comensal, de manera que  se combinan los elementos. Así, el menú se compone de cuatro pasos: la elección de una bebida ( Café Solo, Americano, Cortado, Con Leche, Té o Infusiones) Elijo un café con leche. Hay que escoger un zumo  (Naranja; Manzana, piña y jengibre; Naranja, limón, manzana y zanahoria), elijo  este último de naranja y más elementos. Después hay que escoger dos propuestas: una centrada en bocados para abrir el apetito,- Mason de Açai  elijo yo-, y otra para disfrutar plenamente de la comida que se descubren en la extensa carta que ha elaborado el chef de Clectic. Así que yo elijo tosta de jamón de pavo, tomate rallado, queso crema y tapenade de aceitunas negra. ¡Brutal! ¡Está riquísima!

Primera parte del Brunch. Mason Açai, zumo y el café con leche. @siskoestelles

Cocina honesta

Llega el protagonista de todo esto…. Llega Mauricio Gómez. Un tipo simpático, agradable y muy cálido en el trato pese a que no nos conoce ni a Toni Carceller ni a mi de nada. Se sienta a mi lado en la mesa de cuatro y durante ese impás empiezan a salir los elementos del brunch. Vuelvo a sacar la cámara: Fotos, fotos, y más fotos. Picados, desenfoques, primeros planos o planos más abiertos desde muy diversos ángulos. Carceller y yo parecemos dos posesos.

Ya más reposadamente Mauricio nos cuenta que es un apasionado de la cocina. Nos explica que ha trabajado mucho en México DF, su ciudad de origen aunque sus raíces son españolas. Nos relata que ha trabajado en grandes restaurantes de la capital mexicana. También ha trabajado en EEUU y en España. Su llegada a Valencia coincide con la apertura de Ameyal dónde fue chef ejecutivo. Ahora empieza con Clectic con la misma ilusión con la que decidió, -hace muchos años, muchos estudios y mucha experiencia-, hacer de la gastonomía su vida.

«Quería tener un local propio en España… Y salió la oportunidad de coger este local con el que estaba familiarizado por la proximidad con mi trabajo, por lo tanto me sentía muy cómodo… Dejé Ameyal y me vine aquí«, explica con naturalidad. Mauricio insiste en el eclecticismo de la carta del restaurante. Carta cuidada y compuesta por platos originales, divertidos, con toques mexicanos, valencianos, mediterráneos, asíáticos, de todo el mundo… En el que se juntan muchos elementos de la gastronomía global.«Hay una cocina muy variada. Muchas influencias en todos los sitios», resalta Mauricio Gómez.

Mauricio Gómez/ Foto: @siskoestelles

«Soy migrante y quiero que la gente conozca platos de muy diversa procedencia, sin que por ello se encasille un tipo de cocina. En Clectic hay muchas propuestas diferentes…». La tertulia en la mesa adquiere un tono más profundo. «No hay un hilo negro en hosteleria. Hay que hacer las cosas bien, hay que tener una buena sala, un buen servicio», señala. «Queremos que los clientes se sientan como en casa. Siempre digo que son nuestros invitados y como tales buscamos la calidez y la confianza para que nos digan qué les gusta, qué no les gusta tanto, o incluso que a la hora de comer o cenar puedan personalizar sus platos», destaca.

Pregunto y repregunto. Sacamos el tema de la popularidad que ahora existe en el mundo de la cocina, de los cocineros y el auge televisivo de estos últimos años donde los concursos ocupan el prime time de las parrillas televisivas. Mauricio va de frente, no se corta, y añade: «Estamos en un momento en el que la cocina se está prostituyendo con tanto MastersCheffs , TopCheff y tanto reality... Parece que ahora los cocineros seamos rock stars cuando la cocina es mucho más sencilla que todo eso… Es comer bien y elaborar platos con buenas materias primas sin dejar de lado la creatividad. Además de todo esto hay que ofrecer calidez y cercanía a nuestros clientes», concluye.

Se alarga nuestra tertulia, estamos a gusto, hay empatía pero llegan las despedidas. algunas fotos más y un par de posados para este reportaje. Llega el momento de mi reflexión. Mi primera sensación tras recapacitar un poco es que en Cléctic  además de buena cocina, el cocinero, propietario y alma mater es un buen tipo. Su propuesta gastronómica además de rica, rica, es honesta. Conclusión; con estos ingredientes y  visto el amor que Mauricio pone en su trabajo vale la pena comerse el mundo… Clectic es todo eso y mucho más. Cocina honesta y de calidad.

Luninosa y coqueta sala del restaurante/ @siskoestelles